La huella que James Steele dejó en El Salvador es leve, casi invisible. Quizás apropiada para un experto en lucha de contraguerrilla.
Pero no debería ser así. Según un documental realizado por el diario británico The Guardian y la BBC, esa impronta podrá no ser visible, pero es profunda y sangrienta.
En el documental -titulado "James Steele, el hombre misterioso de Estados Unidos en Irak"- se consigna que entre 1984 y 1986 Steele asesoró en El Salvador el entrenamiento de militares, algunos de los cuales conformarían luego los brutales escuadrones de la muerte que sembraron el terror en el país centroamericano.
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